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El hongo toma el control del cerebro de las moscas y hace que se aparee con cadáveres.


El hongo parásito Entomophthora muscae hace todo lo posible para explotar los impulsos sexuales de las moscas. Así lo muestra un estudio reciente. Después de tomar el control del cerebro de la mosca, el hongo inventa un afrodisíaco para completar la artimaña.

Los hechos provocan que las moscas se animen a poner sus movimientos en el sexo opuesto, vivo o muerto, en ocasiones en cadáveres femeninos hinchados llenos de esporas. Muchos insectos aprovechan este poder de la lujuria, según informa 'Science Alert'.

Cuando dos parejas potenciales se unen en una atracción ciega, las habilidades para tomar decisiones pueden verse comprometidas. El hongo zombie explota la debilidad del insecto. Los investigadores de la Universidad de Copenhague llevaron a cabo una serie de experimentos que demuestran de forma concluyente de qué manera lo hacen.

El ecologista Andreas Naundrup y su equipo ofrecieron a las moscas macho la posibilidad de elegir entre hembras muertas infectadas y no infectadas dentro del mismo campo de prueba. No encontraron una diferencia clara entre con qué canal eligió aparearse el macho, ya que hubo un mayor número de intentos de apareamiento con ambos restos.

Para confirmar que este aumento en los tiempos fue beneficioso para el hongo, los investigadores incubaron las moscas macho durante 10 días. Casi tres cuartas partes de los machos expuestos a hembras con esporulación en etapa tardía se infectaron en comparación con el 15% de los machos que intentaron reproducirse con los cadáveres en la etapa temprana de esporulación.

Las hembras esporulantes, más atractivas

Seguidamente se midieron las respuestas de la antena de la mosca doméstica masculina a los compuestos volátiles que rodean a las moscas vivas, los cadáveres no infectados y los cadáveres esporulantes. Una vez más, las hembras esporulantes muertas resultaron más atractivas.

"El hongo E. muscae induce cambios en la química volátil que atraen a las moscas domésticas al alterar los niveles de hidrocarburos cuticulares de las moscas y al producir varios compuestos volátiles inusuales", escribe el equipo en su artículo de pre impresión.

Algunos de estos compuestos son desconocidos en las moscas domésticas, pero también atractivos en otros insectos. Los investigadores sospechan que los productos químicos más volátiles pueden ser un atrayente de alimentos para atraer desde la distancia y que las señales más débiles aprovechan los impulsos reproductivos de las moscas.

Una vez que una espora ha aterrizado en un huésped adecuado, crece un sistema de micelio similar a una raíz que llega a la parte del cerebro que controla el comportamiento de rastreo del insecto. Allí manipula a la mosca para que arrastre hacia una mejor altura de liberación de esporas, mientras come su carne desde adentro y desarrolla sus propios órganos reproductores que brotan de la mosca muerta.