Posteriomente se han difundido en alguna medida problemas internos del Ayuntamiento de índole laboral, económica y de gestión. Gravísimos problemas que, dicen, pueden paralizar la administración sariñenense. Pero claro, es más pintoresco el encierro de un alcalde o la organización de una feria alternativa, y a ello se le dedica un seguimiento más intenso. Creo que es hora de ordenar ideas y conceptos. Separar el grano y la paja. Y dejar a todos en su lugar. Incluidos el Ayuntamiento y el pueblo de Leciñena, a quienes represento, por quienes trabajo, y a quienes en esta polémica se ha dejado mudos, sin voz, sin opinión.
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